La vianda social comunitaria que se realiza en San Pedro, impulsada por el Movimiento Popular La Dignidad y la Izquierda Popular, vuelve a demostrar que la organización popular sostiene lo que el Estado deja caer. En un momento de retroceso en las políticas alimentarias, las comunidades responden con solidaridad, trabajo colectivo y participación barrial.
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Redacción
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En diálogo con Revista Vértices, Lulo (Luciano Schillaci) describe que “la vianda comunitaria consiste en un espacio comunitario solidario de militancia voluntaria donde los vecinos, las vecinas del barrio forman parte de la construcción de la vianda social comunitaria”. La experiencia retoma el espíritu de las ollas populares, pero con una lógica más amplia. “Los vecinos, las vecinas construyen esa vianda solidaria, construyen ese reparto de comida, lo cocinan, lo militan en base a donaciones y en base a voluntad de personas que se juntan a militar y a activar por un mundo mejor y por una justicia social que el Estado nos niega”.
El proyecto se sostiene sobre una premisa central. “Muestra la cara más solidaria de la organización comunitaria que se construye en base a las necesidades concretas del barrio”, afirma Lulo. En cada jornada, el objetivo sigue siendo llegar “con un plato de comida a los vecinos y a las vecinas de cada barrio”, un gesto simple pero decisivo en tiempos de crisis alimentaria.
La participación barrial ocupa un lugar clave. “La participación en la militancia y en las ollas es lo esencial para el desarrollo y la construcción del poder popular en los barrios”, explica. La vianda comunitaria no es solamente un dispositivo de asistencia, sino un espacio político y comunitario que activa vínculos, recupera la solidaridad y sostiene a quienes más lo necesitan.
La organización popular demuestra una vez más que, frente al abandono estatal, es la comunidad la que garantiza derechos básicos. La vianda social comunitaria de San Pedro es una respuesta colectiva ante la urgencia, pero también una apuesta por el futuro.
En diálogo exclusivo con Revista Vértices, Martín D’Ottavio analiza el reordenamiento profundo que atraviesa la política cordobesa y nacional. Desde el encuentro federal de treinta y siete partidos en Carlos Paz hasta las tensiones por las reglas electorales que impulsa el gobierno nacional, describe cómo las fuerzas emergentes buscan recuperar voz, ampliar márgenes de acción y resistir intentos de limitar su vida institucional. Advierte que el “mapa violeta” difundido la noche electoral respondió más a una estrategia comunicacional que a un resultado real y sostiene que La Libertad Avanza creció sobre el enojo social y la demanda insatisfecha de cambio
dirigente radical, educadora y ex candidata a diputada nacional, analiza con firmeza el momento político del centenario partido. Entre la pérdida de memoria histórica, las tensiones internas y el avance de discursos simplificados, plantea la necesidad de que el radicalismo recupere identidad, respeto por su propia tradición y capacidad de debate. En diálogo con Revista Vértices, sostiene que solo un radicalismo consciente de su historia podrá reconstruir un proyecto político sólido en una Argentina atravesada por crisis, individualismo y desorientación colectiva.
Guillermo Torremare es abogado, Magister en Derechos Humanos y forma parte de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos desde hace tres décadas, fue querellante en causas de lesa humanidad y acompañó a organizaciones sindicales y sociales en litigios complejos. Con trayectoria en Amnistía Internacional y autor de cuatro libros sobre derechos humanos, analiza en esta entrevista los riesgos del avance armamentista, la flexibilización normativa y el impacto cultural de la “doctrina Bullrich” en la vida cotidiana.