💸 Jubilados al límite: el consumo como trampa y la advertencia de Carlos Seggiaro
El economista Carlos Seggiaro analizó con crudeza la situación de los jubilados en Argentina. Entre el ajuste fiscal, el acuerdo con el FMI y la fragilidad del sistema previsional, su diagnóstico es claro: no hay mejora en el horizonte. En una sociedad que promueve el endeudamiento para sostener el consumo, su mensaje interpela: “No tomen créditos. Ajusten donde puedan”.
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Redacción
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Fuente: Foto de Radio Belgrano suardi
Carlos Seggiaro, economista, docente universitario y referente en análisis macroeconómico, no da vueltas. En una entrevista reciente, advirtió sin eufemismos sobre lo que enfrentan los jubilados en la Argentina. Lejos de las promesas optimistas, habló de ajuste, endeudamiento externo y reformas estructurales que, aunque se presenten como necesarias, tienen un costo concreto e inmediato para quienes ya viven con lo justo.
Comenzó ubicando el conflicto actual entre el gobierno nacional y el de Córdoba, por una deuda millonaria que la Nación mantiene con la Caja de Jubilaciones provincial. La cifra es abrumadora: mil millones de dólares. Pero lo más preocupante no es si se pagará o no, sino lo que revela sobre el estado del sistema previsional argentino. “La foto es crítica. Y la película también”, advirtió Seggiaro. Es decir, el presente es grave y el futuro también.
El corazón del problema está en el acuerdo que el gobierno firmó con el Fondo Monetario Internacional, donde se compromete a alcanzar un superávit fiscal del 2,5% del PBI en 2025. ¿Cómo se logra eso sin aumentar impuestos? Con ajuste. Y casi la mitad del gasto público nacional se destina al sistema previsional. La conclusión es evidente: el recorte vendrá por ahí.
La famosa “reforma previsional” que tanto se menciona no es una abstracción. Está escrita en el acuerdo con el FMI. Y contempla varios puntos sensibles: eliminación de regímenes especiales, restricciones al cobro de jubilación y pensión simultánea, y posiblemente aumento de la edad jubilatoria. Si bien no se aplicará retroactivamente, sí afectará a millones de futuros beneficiarios.
Pero más allá de las reformas legales, lo que más afecta hoy a los jubilados es la pérdida continua de poder adquisitivo. Según Seggiaro, no hay ninguna razón para pensar que esa tendencia vaya a revertirse en el corto o mediano plazo. “Pueden subir el bono de 70.000 a 100.000 pesos, pero no le va a mover el amperímetro a nadie”, afirmó. En otras palabras, los ingresos nominales pueden crecer un poco, pero el verdadero problema es que el dinero cada vez alcanza para menos.
En ese marco, el economista lanzó una advertencia directa y concreta: “No tomen créditos en los bancos para sostener niveles de consumo”. Las tasas de interés serán altísimas y los bancos volverán a ser protagonistas del negocio del endeudamiento. Para muchos jubilados que hoy ya están ajustando al máximo, endeudarse puede parecer la única salida, pero es una trampa peligrosa. “Sigan ajustando donde puedan. Sean muy cautelosos”, insistió.
Seggiaro también desarmó con ironía los discursos que prometen una mejora futura. “En 15 años vamos a ser como Alemania”, dicen algunos. Pero él cita con precisión una frase de John Maynard Keynes: “En el largo plazo, estamos todos muertos”. Para quienes viven del haber jubilatorio, cada mes es urgente. Y esperar años a que lleguen los frutos de una reforma es, sencillamente, inviable.
Incluso si se lograra blanquear empleo informal, aumentar la edad jubilatoria y generar crecimiento sostenido, los efectos positivos no llegarían antes de varios años. “Ese es un proceso que no se mide en meses. Se mide en años”, explicó. Y en ese intervalo, las condiciones de vida para los jubilados seguirán siendo precarias.
Por eso, su mensaje final suena más como un llamado a la resistencia que como un consejo técnico: evitar el endeudamiento, cuidar cada peso, leer la realidad con lucidez. “Uno lamenta decir estas cosas, pero lo peor que podemos hacer es ocultar lo que es bastante obvio”, concluyó.
En una sociedad de consumo que bombardea con promociones, cuotas y créditos, Seggiaro propone todo lo contrario: prudencia. Porque el costo del consumo a crédito, cuando no hay ingresos estables, es la deuda impagable. Y para los jubilados, en el país del ajuste, el tiempo no sobra.
Fuente: Carlos Seggiaro en diálogo con Miguel Clariá – Cadena 3, mayo de 2025.
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