🌍 Ricardo Rivas: derechos humanos, ciudadanía y los desafíos de un mundo sin garantías
Ex funcionario del Ministerio de Justicia, Defensor del Pueblo y pionero en la defensa de los consumidores y usuarios, Ricardo Rivas reflexiona sobre la ciudadanía italiana, el valor de los derechos humanos y el preocupante avance de los discursos regresivos en América Latina y Europa. Su voz resuena como una advertencia serena pero firme: “Los derechos no son dádivas, son conquistas de la humanidad”.
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Fuente: Foto Neuquén News
Una voz necesaria en tiempos difíciles
Ricardo Rivas es mucho más que un abogado de trayectoria institucional. Fue funcionario dentro del Ministerio de Justicia, Defensor del Pueblo y referente indiscutido en la defensa de los derechos humanos en todas sus dimensiones. En sus intervenciones públicas no sólo aborda con lucidez el rol del Estado frente a las vulnerabilidades sociales, sino que además ha sido pionero en la inclusión de los derechos de consumidores y usuarios como parte de una agenda amplia de justicia social.
“Creo que hay una incomprensión manifiesta y en muchos casos discursos malintencionados que descalifican valores tan importantes como los derechos humanos”, sostiene, con la seriedad de quien ha ocupado cargos donde la defensa no es sólo declamativa, sino acción concreta.
El caso de la ciudadanía italiana y una nueva mirada restrictiva
En una conversación reciente, Rivas detalló el complejo panorama que viven miles de descendientes de italianos en el sur argentino ante un nuevo decreto del Ejecutivo italiano que limita la posibilidad de tramitar la ciudadanía. “No tenemos consulado italiano en esta región, pese a ser casi un millón de habitantes entre Neuquén y alrededores”.
Ese vacío llevó a que un delegado del consulado en Bahía Blanca se establezca en la zona y trabajara junto a Rivas, con quien comparte formación jurídica, para facilitar trámites a las familias de la colectividad. Pero todo cambió en febrero, cuando se dictó un decreto que suspende la asignación de turnos para nuevas solicitudes de ciudadanía.
“El objetivo parece ser que quienes accedan a la ciudadanía tengan un compromiso con Italia, que voten, que participen, que no sea algo que se guarda en un ropero”, explica, aunque también advierte que la medida podría ser revisada por la Corte Suprema italiana. La preocupación crece ante el avance de gobiernos conservadores como el de Meloni, y las señales de una Europa que, al igual que Estados Unidos y parte de América Latina, endurece sus políticas migratorias.
La defensa de los derechos humanos: una trinchera en retroceso
Rivas advierte que hoy se pretende presentar como “garantistas” a quienes simplemente exigen que se respete la Constitución. “Parece que ser garantista es defender delincuentes, cuando lo que se busca es proteger a todos frente al abuso del poder del Estado”, dice.
Las garantías, explica, no son ideología ni privilegio, sino el piso mínimo de la convivencia democrática. “Los derechos no son dádivas. Son conquistas. Son luchas de la humanidad”, insiste.
Desde su rol institucional actual, con equipos que atienden demandas sociales, Rivas destaca la importancia de la escucha activa y la detección de vulneraciones no siempre visibles. “Muchas veces una persona viene por un reclamo puntual, pero si escuchamos bien, descubrimos que hay otro problema más profundo. Ahí es donde realmente se efectivizan los derechos humanos.”
Frases como estas resumen su pensamiento:
“La historia de los derechos es una historia de lucha permanente de la humanidad.”
“No hay que permitir que alguien descalifique el valor de los derechos humanos. Es parte de una construcción de muchos años, de mucho dolor.”
“La patria es el otro. Y acá pareciera que el único lema es: no me toquen el bolsillo.”
El desafío: reconstruir un mundo justo
Frente a la avanzada del neoliberalismo, Ricardo Rivas plantea una defensa integral que conecta lo social, lo económico y lo ambiental. “Tanto el ambiente como lo social están íntimamente ligados. Si vos dañás el ambiente, te dañás vos. Si dañás socialmente al otro, también eso vuelve y te daña”, reflexiona.
Sus tres principios para entender los derechos humanos son simples y potentes:
Nadie debe ser tratado inhumanamente.
Todos deben tener oportunidades reales.
Debemos respetar la multiplicidad de voces.
“Si yo me cierro a una única verdad, lo que hago es negar la posibilidad del crecimiento social. Y si desde el Estado se instala ese discurso único, lo que se genera es la no convivencia.”
Al final, deja un mensaje esperanzador:
“Soy optimista. Aunque a veces me preocupa el futuro de mis nietos, sé que hay que seguir sembrando la semilla de los derechos humanos.”
Fuente: Entrevista a Ricardo Rivas publicada por Revista Vértices.
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