¿Qué es vivir saludablemente? Reflexiones tras la muerte de la Locomotora Olivera

Gerardo Piva, profesor de Educación Física, deportista, docente y promotor de hábitos saludables desde una mirada integral, ya había compartido con Revista Vértices su experiencia de vida atravesada por el movimiento y el sentido. Hoy vuelve a hablar con la misma franqueza que lo caracteriza para reflexionar sobre la muerte inesperada de Alejandra “Locomotora” Olivera, una figura que transmitía energía, entusiasmo y bienestar al igual que todos conmovido por cuya partida repentina. Pero el docente reflexiona en términos analíticos pero ayudando a desmitificar los estereotipos de la concepción de los cuerpos en al actual sociedad de consumo “No sé hasta qué punto ese cuerpo era saludable”, sostiene Piva, al tiempo que advierte sobre los límites del alto rendimiento y la falsa idea de salud asociada a la apariencia física.

Fuente: Foto somos jujuy

 

La muerte de Alejandra “Locomotora” Olivera sacudió a la sociedad. No solo por tratarse de una campeona admirada, sino porque representaba —para muchas personas— el ideal de vitalidad y salud. ¿Cómo puede morir alguien que transmitía alegría, energía y un culto al bienestar físico? La pregunta no deja de repetirse. En este marco, el profesor Gerardo Piva aporta una reflexión crítica y profunda sobre lo que realmente significa “vida saludable”.

 

    “Para mí, la vida saludable pasa por otro lado”, comienza diciendo. “El hecho ya de exhibir un cuerpo como el que tenía, que no era un cuerpo femenino, digamos, de lo que la cuestión hormonal o la cuestión fisiológica y biológica femenina permite, de acuerdo a los caracteres sexuales secundarios y demás… tener ese cuerpo, yo dudo un poco de la parte saludable”.

 

Con total honestidad, Piva plantea un debate incómodo pero necesario más alla de su profunda tristeza por la noticia: la diferencia entre salud y rendimiento, entre apariencia y equilibrio. “Seguramente ha consumido algunas sustancias ergogénicas que han ayudado a que ese cuerpo crezca en mayor forma. Y todas esas cuestiones que uno toma, farmacológicas, ergogénicas, excesivas, desmedidas… no sé hasta qué punto son saludables”, afirma.

 

El testimonio se desliza hacia una crítica a los estándares contemporáneos de éxito deportivo, basados muchas veces en la exigencia desmedida:

 

    “Estoy hablando de lo que se puede ver y uno tiene un parámetro biológico para crecer. El hombre tiene más desarrollo muscular por la cuestión de la testosterona, más allá de que la mujer tiene la DHA o algunas hormonas anabolizantes también… pero evidentemente a la simple vista ves que algo de exceso y de consumo tiene que haber habido”.

 

A diferencia de quienes equiparan salud con competencia, Piva propone otra perspectiva. “Para mí la vida saludable pasa por hacer ejercicio, por tener un control voluntario de uno mismo, trabajarlo desde la meditación, desde el yoga… técnicas milenarias que ayudan a controlar el estrés, en tener una vida social, en alimentarse sano, en poder descansar, en ser positivo”.

 

En esa línea, reconoce que la Locomotora era, sin dudas, una mujer positiva. Pero advierte:

 

    “Yo creo que la vida saludable pasa por otro lado, por el equilibrio fundamentalmente, y cuando vos tenés un cuerpo como exhibía ella, no sé hasta qué punto existe el equilibrio”.

 

El deporte de alto rendimiento, según explica, no puede asumirse automáticamente como sinónimo de bienestar:

 

    “No sé hasta qué punto tiene de saludable. Hay ejemplos sobrados… un nadador tenía que mejorar la flotación, y para eso se le había insuflado aire por el ano. Son cosas que se hacen para mejorar el rendimiento, pero a costa de la salud futura”.

 

Y agrega:

 

    “Muy positiva, muy deportista, pero con excesos. Y muchas veces esos excesos… hay que ver el entrenamiento invisible, cómo gestionaba el estrés, cómo era su vida personal”.

 

En su explicación, también aparece un dato clínico a tener en cuenta:

 

    En estos casos podrian aparecer alteraciones genéticas como lo se escucho estos días que podria tener la influencer "trombofilia", en donde el profesional villamariense reflexiona que es "una enfermedad genética que predispone a la formación de coágulos. Eso se puede valorar con un examen de sangre. Generás coágulos, y eso puede producir accidentes cerebrovasculares. En este caso fue isquémico: no hubo ruptura, pero sí falta de sangre a una parte del cerebro. Falta de oxígeno, nutrientes y apoptosis neuronal. Es sencillo”.

 

La combinación entre una enfermedad de base y el exceso de exigencia física habría sido, según Piva, el detonante.

 

    “Lo saludable pasa por el equilibrio, en descansar, en entrenarse, en tener una vida sociable, en amar y ser amado, en alimentarse bien. Y si tenés trombofilia o alguna cuestión cardíaca congénita, que uno no la controla, bueno… eso es algo endógeno. Pero lo exógeno que uno hace puede llevarte al detonante”.

 

Gerardo Piva no apunta a juzgar a nadie igual que toda la ciudadania esta conmovido por la situación. Pero su mirada pedagógica e integral busca cuestionar una cultura del cuerpo vinculado a modelos hegemónico donde los medios de comunicación de masas juegan un papel muy importante. Reproduciendo patrones y pautas que se aleja del equilibrio y la conciencia. En tiempos donde lo estético muchas veces encubre lo tóxico, su reflexión se vuelve necesaria.

 

Fuente: Exclusivo de Revista Vertices

 

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