Cambios en el gabinete de Milei: ganadores y perdedores por Emilia Trabucco
Esta nota se construye con el análisis de la psicóloga y magíster en seguridad Emilia Trabucco, analista de NODAL y del CLAE. La autora muestra cómo los cambios en el gabinete exponen una disputa feroz entre tres círculos de poder. El texto original pertenece a la Agencia NODAL.
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Fuente: Foto de La Nación
Mapa de actores y la disputa interna que ordena el país
El punto de partida es claro y está dicho con total precisión. Trabucco afirma que “las disputas centrales del poder argentino no transcurren entre oficialismo y oposición, sino dentro del propio gobierno”. Esta frase encuadra todo.
En su lectura, el conflicto se organiza entre el Círculo Rojo Digital, encabezado por Santiago Caputo, y el Círculo Rojo Analógico, representado por “los viejos lobbies empresariales y políticos —Rocca, Eurnekian, Ratazzi, Macri—”.
Entre ambos bloques aparece un tercer actor decisivo
la lumpenpolítica articulada por Karina Milei y el Clan Menem, que según Trabucco “hoy controla la estructura visible del Estado” y se posiciona “como ganador después de la contienda electoral”.
Este triángulo de poder define la política nacional más que cualquier oposición parlamentaria.
Territorio, continuidad menemista y el lugar del Estado corporativo
El avance del Clan Menem no es circunstancial. Trabucco describe que el núcleo real del gobierno gira en torno a Karina Milei, “persona de máxima confianza e influencia sobre el presidente”, acompañada por “Lule Menem, Martín Menem y Sebastián Pareja”. A este armado lo denomina “el círculo mafioso”, una red que combina “herencia menemista, oportunismo extremo y una concepción patrimonial del Estado”.
La designación de Diego Santilli en Interior confirma la continuidad de ese linaje político. Trabucco recuerda que su carrera se formó siempre dentro del Estado y que “su nombre apareció en los Pandora Papers con sociedades offshore en Islas Vírgenes y Florida”. También cita que su campaña fue financiada con “32.500 dólares provenientes de la red ZOE”, según Leonardo Cositorto.
La autora lo caracteriza como “el nexo entre la vieja lumpenpolítica menemista y el nuevo dispositivo libertariano”. Su rol es doble: “tender puentes con los gobernadores” y garantizar los votos para aprobar una “reforma laboral regresiva que exige el gobierno norteamericano”.
El poder sin firma de Caputo y la colonización digital
Mientras el Clan Menem gana control de la caja, el dispositivo digital mantiene intacto su poder duro. Trabucco sostiene que Santiago Caputo conserva influencia “sin firma”, operando sobre áreas estratégicas como “la SIDE, la Aduana, ARCA y el Ministerio de Salud”.
Su poder se explica porque es “el traductor local de las exigencias de Washington” y el enlace entre Milei y los fondos tecnológicos globales. Por eso mantiene vínculos directos con Barry Bennett, enviado político de Trump para Milei, y con Peter Lamelas, relacionado con la “Mafia de Miami”.
Trabucco describe esta trama como una red que combina “contratos con el Estado, lobby norteamericano y corporaciones tecnológicas asociadas a OpenAI, Amazon y JP Morgan”.
La caída silenciosa del macrismo y el reacomodamiento del poder económico
El desplazamiento del Círculo Analógico se observa en cada movimiento. La designación de Alejandro Lew como secretario de Finanzas “puede ser leída como otro golpe contra Macri”, señala Trabucco. Lew, ex YPF y hombre del JP Morgan, responde al eje Caputo–Estados Unidos y no al macrismo.
La autora recuerda que Marín, CEO de YPF y cercano al mundo Techint, “fue mencionado por Macri como su frustrado candidato a la Jefatura de Gabinete”, lo que evidencia su pérdida de peso político.
La reconfiguración deja a Macri fuera de la toma de decisiones. Trabucco describe así el humor interno del PRO: la salida de Francos y el ascenso de Santilli y Adorni “sellan la toma del gobierno por el clan Menem”.
La arquitectura política del nuevo orden libertario
Manuel Adorni como jefe de Gabinete completa la jugada. Trabucco afirma que su función es “blindar a la vicepresidenta de facto, Karina Milei, y mantener a raya al macrismo”.
La autora interpreta el proyecto libertario como “un Estado administrado como corporación” y una política reducida a “disputa de consorcio entre fracciones del poder económico”.
Pero advierte algo más grave
bajo el relato del “cuarto polo de inteligencia artificial”, lo que avanza es “un programa de colonización absoluta, sostenido en el yugo de las finanzas y el extractivismo salvaje de los recursos estratégicos”.
El conflicto profundo que nadie nombra
El análisis concluye en un punto decisivo. Trabucco afirma que lo que se está profundizando es “la contradicción entre Régimen y Pueblo”.
El pueblo, describe, está “desalojado completamente de la política de Estado” y sometido a “la degradación de las condiciones de vida del pueblo trabajador”.
La pregunta que deja abierta es urgente
cómo construir una fuerza que “recupere la iniciativa, se identifique con el pueblo trabajador que dice representar y trace un horizonte de humanidad posible”.
Ficha Diagonal
Actor predominante El Clan Menem y Karina Milei, dueños de la caja y del territorio político.
Segundo actor en ascenso El Círculo Digital de Caputo, con control geopolítico y tecnológico.
Actor debilitado Mauricio Macri y el Círculo Analógico, desplazados de las áreas estratégicas.
Eje real del conflicto Un Estado corporativo con tres fracciones del poder económico chocando por los recursos estratégicos.
Lo que casi nadie está viendo La fractura entre Régimen y Pueblo como dimensión estructural del nuevo orden.
El análisis de la Licenciada Nadia Zárate Britos, aborda con precisión los resultados de las últimas elecciones legislativas en Argentina y propone una lectura profunda sobre el desencanto ciudadano, el debilitamiento del Estado y las tensiones culturales que redefinen la democracia contemporánea. Su mirada combina enfoques sociológicos, politológicos y comunicacionales para explicar un vértice de poder donde participación, representación y legitimidad ya no actúan como piezas armónicas, sino como capas en conflicto.
El desplazamiento hace una semana de Federico Alessandri dentro del esquema llaryorista generó un nuevo temblor en la estructura del poder provincial, en un contexto donde el gobernador busca consolidar su hegemonía de cara al 2027. La jugada expone el desgaste del schiarettismo, la falta de rendimiento del kirchnerismo en el voto pampeano y las contradicciones de un peronismo liberal que intenta reposicionarse con señales hacia el escenario nacional. En el centro del tablero, Llaryora se mueve entre la prudencia y el cálculo, con una Natalia De la Sota que gana terreno de a poco y un Santilli que observa el movimiento como posible punto de inflexión para las futuras alianzas federales que necesita para restar votos del peronismo nacional, hoy real actor contrahegemónico. No es casual que justo en la previa del encuentro entre el gobernador y Santilli, el kirchnerismo táctico le brinde la estabilidad legislativa, un mensaje estratégico para el nuevo delasotismo a corto plazo, un micro mensaje para la estrategia ahora PRO-libertaria a mediano y al schiaretismo clásico a largo plazo.
El gobierno nacional ensaya una nueva arquitectura del poder donde se mezclan herencias menemistas, cuadros del PRO y la impronta libertaria. La designación de Diego Santilli en el Ministerio del Interior busca otorgarle rostro político y equilibrio institucional a un proyecto que combina ajuste económico, pragmatismo parlamentario y nostalgia de poder. Entre la disciplina financiera, la negociación con los gobernadores y la reconfiguración del macrismo, el mileísmo intenta construir su propia hegemonía cultural y electoral de cara al futuro.