La marcha del orgullo puso un límite al gobierno de Milei

 

Diversidad, derechos conquistados y un no rotundo al odio en las calles de Córdoba

 

Para la entrevistada, militante del campo nacional y popular y activista del movimiento LGBTI travesti trans, lo que se vio en la última marcha del orgullo en Córdoba Capital fue mucho más que una celebración.

 

“Creo que significa un límite, sobre todo para el gobierno, la marcha del orgullo. Creo que hay una agenda en la cual el gobierno no puede avanzar, a pesar de que lo ha intentado muchas veces, que ha hecho sus embestidas contra los derechos de igualdad sexo genérica. La reacción social es ponerle un límite, decirle por acá no, no te votamos para eso”.

 

Desde su mirada, la hipótesis de una “derechización del electorado” podría pensarse en lo económico, en la crítica al Estado y la adopción del libre mercado. Debido a la interpelación neoliberal que produce y reproduce sentidos sobre la base de un gran aparato comunicacional, informativo y tecnológico que operó para el triunfo de La Libertad Avanza en 2023. La Doctora en Ciencias Políticas hace advertencia, a pesar de los crecientes discursos de odios viralizado por el gobierno nacional, no alcanza, ya que la sociedad argentina continua defendiendo derechos igualitarios adquiridos durante las gestiones peronistas de Cristina Fernández de Kirchner.

 
Familias "orgullosas" frente al discurso del odio

La entrevistada subraya un cambio profundo en las relaciones familiares.

 

“Las madres hoy aceptan como no se aceptaba hace 20 o 30 años tener un hijo homosexual o incluso una hija trans. En la marcha se ve algo novedoso, esas familias apoyando las transiciones de género, las distintas orientaciones sexuales de los hijos e hijas. En Córdoba había muchos cartelitos que decían mamá orgullosa, amor orgulloso. Muchos mensajes desde el amor que se contraponen al discurso oficial centrado en el odio, a los discursos de odio que viraliza Milei”.

 

Destaca, además, el rol de espacios como La Casita Trans, que organiza un congreso de niñeces trans. “Fue muy atacado por la propia vicepresidenta y por influencers del ecosistema de La Libertad Avanza, pero no lo pudieron bajar en Córdoba porque hay una sociedad civil que defiende esos espacios y garantiza que las infancias puedan ser verdaderamente libres y, sobre todo, felices. La tristeza en la infancia después es muy difícil de remontar y trae muchos problemas a lo largo de la vida”.

 
La ofensiva después de Davos y la reacción social

La entrevistada vincula el intento del gobierno de avanzar contra la identidad de género con el discurso de Milei en el Foro de Davos.

 

“Después de Davos, donde hizo una crítica acérrima al colectivo, el gobierno quiso dar ese paso contra la identidad de género, tratando de patologizar de nuevo las infancias trans, sembrando duda sobre los procesos de hormonización. Pero la ley de identidad de género argentina fue modelo en el mundo. Permite que, con acompañamiento de padres o tutores y profesionales, las infancias puedan acceder a ese derecho sobre el cuerpo. Es una ley muy cuidadosa”.

 

Frente a la campaña de desinformación oficial, se produjo una reacción fuerte. “El gobierno hizo lo que hace siempre, tratar de confundir con informaciones falsas y generar un sentido común desde lo absurdo. Pero hubo reacciones colegiadas. En Córdoba, la sociedad de endocrinología, médicas y médicos del sector público y privado, salieron a contestar que lo que decía el gobierno sobre la hormonización en niñez estaba mal, que en ningún lugar se hacían esos procedimientos. Hubo una reacción de la sociedad civil”.

 

Para ella, cada vez que el oficialismo intenta politizar este tema “le va mal, porque toca derechos que ya están profundamente arraigados”.

 
Derechos conquistados y memoria larga de las luchas

La entrevistada reconoce sin matices que muchos de estos derechos se conquistaron durante los gobiernos kirchneristas.

 

“Si bien nadie nos puede refutar que estos derechos fueron conquistados durante los gobiernos de Cristina, porque todo empieza con el matrimonio igualitario, las luchas vienen de antes. Tienen más de 50 años, desde los 70, pasando por los 80 y los 90. Lo novedoso es que el Estado argentino, en democracia, dijo vamos a reparar”.

 

Recuerda el sentido reparador del cupo laboral travesti trans. “Se dijo por haberlas excluido del mercado laboral, expulsado de la familia, del sistema educativo, del sistema sanitario, todo eso que se resume en el triste promedio de vida de 35 o 37 años, vamos a garantizar un cupo en el empleo público del 1 por ciento. El espíritu de la ley es generar un cambio cultural, que haya personas trans trabajando de otra cosa que no sea el trabajo sexual o los oficios que siempre se les reservaron. Antes muchas compañeras se pasaban más de 30 días en los calabozos porque la policía las perseguía”.

 

Aclara que el trabajo sexual sigue siendo un tema tabú y que “no está todo salvado”, pero insiste en que “durante los gobiernos kirchneristas hubo mucha acción reparatoria”.

 

 
Córdoba, entre la militancia y la ausencia de derechos

Cuando la conversación se desplaza a Córdoba, la entrevistada traza un contraste nítido.

 

“En Córdoba llegó la interpelación a militar, a politizarse, pero nunca llegaron los derechos. No hubo cupo laboral trans. La ley de identidad de género no tuvo cumplimiento efectivo. Hubo casos judiciales de compañeres a quienes se les negaba intervenciones en el sistema de salud. Es una de las pocas provincias, y Córdoba Capital tampoco tiene cupo, cuando casi todas las grandes ciudades del país ya lo implementaron”.

 

Denuncia un modelo asistencialista y clientelar. “Las compañeras trans que no se suman a las movilizaciones para apoyar al gobierno provincial no tienen acceso al trabajo formal y, en la pandemia, hubo casos en que no les quisieron dar bolsones por no adherir. Eso está muy lejos del modelo de justicia social del peronismo histórico”.

 
Patria diversa, entre la calle y el camión del orgullo

En el plano organizativo, cuenta que la militancia construyó un dispositivo propio en la marcha.

 

“En esta campaña nos parimos a nosotres mismes. Toda la militancia LGBT nos volvimos a parir en este contexto tan hostil con Milei señalándonos como uno de los enemigos principales. Nos llamamos Patria Diversa. Desde el camión de Fuerza Patria convocamos sobre todo al colectivo travesti trans, que siempre fue el más vulnerado. Encabezamos la marcha con el bloque trans desde ese camión”.

 

Relata el trabajo previo en Casa Patria. “Tenemos un centro cultural donde ensaya la murga Los Infernales de Güemes. Hace semanas que nos veníamos juntando a decorar, a pintar banderas, a hacer corazones y guirnaldas con las compañeras de los barrios y las infancias. Ellas, las que sostienen comedores y merenderos, fueron las más deseosas de que tengamos nuestro camión”.

 

La logística también fue comunitaria. “Tuvimos que conseguir un generador, hacer gestiones con la Asociación Travesti Transexual y Transgénero de Córdoba, con la municipalidad y la provincia, buscar equipos de sonido. Armamos el camión desde la una y media de la tarde. A las cuatro largó la marcha, tres horas hasta el Patio Olmos y después hasta el Buen Pastor, donde hubo escenario, bandas y discursos”.

 

El documento consensuado por la Comisión Organizadora incluyó demandas como inclusión integral travesti trans, reconocimiento del trabajo sexual, ley integral de VIH y una ley antidiscriminatoria provincial.

 
Orgullo que ya es cultura popular

Hacia el final de la entrevista, la referente sintetiza el clima político que dejó la jornada.

 

“En la marcha hay una coincidencia. Más allá de festejar y celebrar la diversidad de formas de ser y estar en el mundo, hay un con esto no. Que ningún gobierno se meta con estos derechos, porque el pueblo argentino ya los hizo parte de su idiosincrasia, de su cultura. Lo que nos da orgullo es que no sean derechos solo de la comunidad LGBT, sino del pueblo argentino”.

 

Fuente: En Exclusiva con Revista Vértices.

 

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