La última adjudicación del año de la Cooperativa Horizonte se realizó el viernes en el Hotel Le Parc y permitió que cinco personas accedieran a su vivienda propia. Entre ellas estuvo Yanina, de 39 años, trabajadora en relación de dependencia y vecina de Villa María, quien expresó la emoción profunda que atraviesa a quienes confían durante años en el sistema cooperativo y ven cumplido el sueño de la casa propia.
“Muchas, muchas emociones”. Así resume lo que siente Yanina Lucero, de 39 años, trabajadora en relación de dependencia y residente en Villa María, apenas finaliza el acto. Explica que es la segunda vez que se presenta y que en el momento todavía no logra caer del todo. “Estoy muy feliz, estoy muy feliz porque es un esfuerzo muy grande” dice, con la voz cargada de emoción.
El acto se realizó el viernes en el Hotel Le Parc y marcó la última adjudicación del año de la Cooperativa Horizonte. En esa noche, cinco personas cumplieron el sueño de acceder a su vivienda propia, cerrando un año atravesado por el compromiso colectivo, los aportes sostenidos y la confianza en la economía social como herramienta real de acceso al derecho a la vivienda.
El camino de Yanina hasta la adjudicación no fue corto ni sencillo. Lleva más de cuatro años y medio aportando, esperando y confiando en el sistema cooperativo. Cuando le preguntan si ese esfuerzo fue individual o colectivo, no duda. “La verdad que sí, es un esfuerzo que hicieron entre todos”. Esa frase condensa el espíritu de Horizonte, donde cada logro personal se apoya en una construcción comunitaria.
La emoción no se detiene al pensar en lo que viene. Al contrario, se transforma en esperanza. “Y ahora nada, el regalo de fin de año” responde con una sonrisa cuando le consultan por el futuro inmediato. Para ella, la vivienda no es solo una casa. Es la confirmación de que la constancia, el trabajo y la organización dan frutos concretos.
Las palabras simples de Yanina reflejan lo que se repite en cada acto de adjudicación. La felicidad no llega por azar. Llega después del esfuerzo compartido, del acompañamiento mutuo y de la convicción de que la vivienda propia puede ser un derecho alcanzable cuando se construye desde la economía social.
“Muchas gracias” dice al final, casi como un cierre espontáneo. Ese agradecimiento excede el momento. Está dirigido a la cooperativa, a quienes aportaron junto a ella durante años y a un modelo que demuestra que el hogar propio no es un privilegio individual, sino el resultado de una comunidad organizada.
Fuente: Testimonio de Yanina, asociada adjudicada en el acto de la Cooperativa Horizonte realizado en el Hotel Le Parc.
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