💙 Mientras otros ocultan, la cooperativa pública todo
En un contexto donde cada vez más servicios públicos se privatizan o se desentienden del vínculo con las comunidades, la Cooperativa de Agua de Villa Nueva reafirma con hechos su modelo de gestión participativa, ordenada y transparente. No solo presta un servicio esencial como el agua potable y los desagües cloacales: también garantiza que todos los usuarios conozcan sus derechos y responsabilidades a través de un reglamento claro, actualizado y de acceso público.
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Editorial
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Fuente: Foto extraida de la Pagina Oficial de la Cooperativa de Agua de Villa Nueva
Este reglamento, aprobado por el INAES y disponible en su sitio web oficial, es mucho más que un documento técnico. Es una verdadera carta de convivencia comunitaria, que organiza con precisión el vínculo entre la cooperativa y cada vecino o vecina que accede a los servicios. Desde el momento en que alguien solicita una conexión, cada paso está documentado y publicado, incluyendo los costos, requisitos y condiciones técnicas necesarias para que el servicio funcione correctamente.
La cooperativa asume una serie de compromisos centrales: debe garantizar que el agua llegue con presión suficiente y calidad sanitaria, mantener en condiciones las redes externas hasta la caja de conexión de cada vivienda, y realizar inspecciones periódicas para controlar el buen uso de las instalaciones. Además, se compromete a instalar y revisar los medidores, responder reclamos por errores de facturación en un plazo de 15 días hábiles y, si es necesario, aplicar sanciones o desconexiones solo conforme a lo que establece el reglamento. En casos de emergencia, como una sequía o una falla técnica, puede interrumpir el servicio momentáneamente priorizando el uso colectivo y vital del recurso.
Pero este pacto comunitario no es unilateral. También los usuarios tienen responsabilidades bien definidas. Desde lo técnico, deben instalar una válvula de paso interna y un tanque de reserva que garantice entre 24 y 48 horas de abastecimiento. Además, es obligatorio mantener las instalaciones internas en buen estado, no realizar conexiones clandestinas, no manipular la red externa ni usar bombas que succionen agua directamente desde la cañería. Todo esto apunta no solo a cuidar la infraestructura, sino a evitar que se ponga en riesgo la calidad del agua que llega al resto de la red.
También el aspecto administrativo está reglado. Para acceder al servicio, los interesados deben presentar copia del DNI, de la escritura o boleto de compraventa del inmueble, abonar una cuota social de $6.380 y cubrir los costos de materiales ($245.217,64) y del derecho de conexión ($87.352,36). Si la conexión se realiza sobre pavimento, se suma un monto extra de $474.350 y la necesidad de tramitar un permiso de rotura en la Municipalidad. Todo esto está publicado y actualizado en el sitio web oficial, sin letra chica, sin sorpresas.
El trámite también prevé la opción de sumar el servicio del Banco de Sangre Cooperativo y la cobertura del seguro de vida mutual. Ambos requieren, al momento del alta, la presentación de los datos personales del grupo familiar o de los beneficiarios designados. Y en caso de cambios de titularidad —ya sea por venta, alquiler o sucesión— el usuario debe informarlo por escrito, presentando la documentación respaldatoria, para evitar que se generen deudas no reconocidas por el nuevo ocupante.
Uno de los artículos más importantes del reglamento es el que impide mezclar otras fuentes de agua —como pozos— con la red oficial. Si una vivienda desea conservar un abastecimiento alternativo, debe declararlo a la cooperativa y mantener ambos sistemas completamente separados. Cualquier mezcla puede significar un riesgo sanitario no solo para esa vivienda, sino para toda la comunidad.
Este conjunto de normas, lejos de ser una traba, representa una garantía. Permite que cada socia y socio de la cooperativa sepa a qué atenerse, cómo reclamar, cuándo le corresponde una inspección y de qué manera puede hacer valer sus derechos. A su vez, ofrece previsibilidad económica y técnica para todos los nuevos empadronamientos. A diferencia de otras prestadoras, la cooperativa publica todo: desde los valores de los materiales hasta el número exacto de teléfono al que se puede llamar en caso de dudas.
La atención al público se brinda de lunes a viernes, de 7 a 15 horas, en la sede de calle Belgrano 357, Villa Nueva. Además, los vecinos pueden comunicarse por teléfono a cualquiera de las siguientes líneas: 353 406 8590, 353 427 3001 o 353 428 9893. En el sitio web www.capyclo.com también están disponibles los formularios, precios actualizados, pasos del trámite y el reglamento completo en formato PDF.
Lejos del modelo oscuro y burocrático que domina muchos servicios privatizados, la Cooperativa de Agua de Villa Nueva ofrece un ejemplo de que se puede gestionar con cercanía, con reglas claras y con sentido comunitario. Porque el agua no es un negocio: es un derecho. Y para que ese derecho se cumpla, lo mejor es tener las reglas claras desde el primer día.
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