⚠️ ¿Quién quiere destruir Vialidad Nacional? Un organismo clave para la soberanía
Este informe no es un mero reclamo laboral. Es una radiografía de lo que hace funcionar al país más allá de las cámaras y las noticias. Un texto para leer con detenimiento, compartir con autoridades y defender con argumentos técnicos y políticos. Dicho documento es elaborado en el calor del ajuste del Estado Nacional por lo que deja en claro la postura que los funcionario ante de cuestionar el número de trabajadores en Vialidad o sugiera “modernizar” el sistema recortando su estructura. Este documento debería estar sobre la mesa. Porque como recuerda el sindicato en un pasaje clave: “Cualquier decisión que atente contra este principio básico atentará contra la propia soberanía de la Nación”.
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Redacción
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Fuente: Foto de Agroempresario
Vialidad Nacional: estructura, funciones y el rol imprescindible de su sindicato para defender la soberanía
“Nadie en el país sabría qué hacer si la Dirección Nacional de Vialidad no planifica”. La frase, que podría parecer exagerada, se vuelve contundente al leer en profundidad el documento elaborado por la Asociación Gremial de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional. El informe —al que accedió Revista Vértices— no sólo detalla la compleja y estratégica estructura de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), sino que advierte con precisión técnica, datos duros y lenguaje llano por qué una red vial sin planificación, sin mantenimiento y sin trabajadores capacitados es, literalmente, la antesala de la pérdida de soberanía.
Desde la función esencial de articular una red troncal que conecte a las provincias con pasos fronterizos, puertos y aeropuertos, hasta el minucioso trabajo de controlar el estado de los puentes, el tránsito y los accidentes, Vialidad es un organismo técnico y federal por excelencia. Pero todo esto requiere personas. No es un concepto abstracto. Son más de 7.600 trabajadores altamente calificados —6.506 en distritos y 1.187 en la Casa Central— quienes sostienen la infraestructura vial del país en tiempo real.
“La estructura de la Dirección Nacional de Vialidad fue perfeccionada durante más de 90 años para cumplir con eficiencia y eficacia su función principal”, sostiene el informe. Y esa función no es solo construir rutas, sino planificarlas, conservarlas, controlar su desgaste, evaluar el tránsito y garantizar que las inversiones no se dilapiden por falta de mantenimiento o exceso de carga.
La estructura: federalismo operativo
La DNV se organiza con una Casa Central que toma decisiones técnico-administrativas y 24 sedes distritales con campamentos operativos. Es la red que permite supervisar 40.000 km de caminos nacionales, con una cuadrilla de 10 agentes cada 150 km solo para tareas de mantenimiento. Allí entra en juego una idea central del documento: sin los trabajadores, no hay estructura posible.
El control de pesos y dimensiones de camiones, por ejemplo, necesita 1.500 agentes en distritos y 30 en Casa Central para funcionar. El mantenimiento por administración de 20.000 km requiere 2.560 agentes. Los proyectos ejecutivos de obras complejas, desde puentes hasta autovías, demandan 192 técnicos en distritos y 120 en Casa Central. No se trata de un gasto, sino de una inversión inteligente que evita el colapso de las rutas y la pérdida de vidas.
El sindicato y su rol como defensor de lo público
En cada párrafo del documento se cuela una idea fuerza: defender a Vialidad Nacional es defender al Estado. Y para eso se necesita un sindicato fuerte, profesionalizado, que entienda tanto los aspectos técnicos como políticos de la cuestión. Este documento, elaborado por la Asociación Gremial de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional, es una herramienta analítica y estratégica para dirigentes, funcionarios y legisladores que deseen entender qué hay en juego cuando se debilita al organismo.
“El control de pesos no es una actividad recaudatoria; es una tarea que preserva el patrimonio vial. Su no realización es permitir que la ruina estructural de las rutas se acelere”, se lee. Y cada función que cumple el organismo está acompañada de cifras claras sobre dotaciones mínimas necesarias, evitando tanto la improvisación como el vaciamiento encubierto.
Un sistema amenazado por el desfinanciamiento
El texto no hace acusaciones directas, pero interpela con claridad a quienes insinúan que se puede tercerizar, privatizar o centralizar en exceso el funcionamiento de Vialidad. El recorte de personal, la desactivación de los sistemas informáticos propios y la subejecución presupuestaria, son formas indirectas de desmantelar una de las instituciones que más contribuye al federalismo real.
“Perder los sistemas propios sería, en los hechos, perder la autarquía”, advierten en relación al intento de reemplazar los desarrollos informáticos internos por sistemas externos. Ese principio de autarquía, establecido por Ley, es lo que permite a Vialidad proyectar obras estratégicas con independencia técnica y ejecutarlas con eficacia administrativa.
Fuente: Asociación Gremial de Profesionales y Personal Superior de Vialidad Nacional. “Vialidad es Soberanía”, Informe técnico completo, junio de 2024.
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