La Fundación Pinceladas - Centro de Promoción Comunitaria necesita de la fuerza de la sociedad y comunidad para poder asegurar su permanencia en el barrio.
Autor
Editorial
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Gentiliza: Foto del Puntal Villa María
El centro comunitario Pinceladas, ubicado en la esquina de Buenos Aires y Mafalda Gilli, en el barrio San Nicolás de Villa María, ha sido un pilar fundamental para la comunidad durante los últimos 11 años. Este espacio, dedicado a la inclusión y el aprendizaje, ofrece talleres, apoyo escolar y eventos culturales que han beneficiado a vecinos de todas las edades. Su labor se sostiene gracias al esfuerzo de voluntarios y donaciones solidarias.
Magalí Castro, coordinadora del centro, destaca que Pinceladas nació como un sueño compartido de brindar contención social y oportunidades de desarrollo. Sin embargo, también admite que el camino no ha estado exento de dificultades. “Hemos enfrentado muchos desafíos para mantener el espacio abierto, pero siempre contamos con el apoyo de la comunidad”, señaló Castro.
Actualmente, el centro enfrenta una crisis debido al incremento exponencial en los costos del alquiler. Según explica su coordinadora, “el costo del alquiler se ha multiplicado por diez en los últimos meses”, una situación que consideran insostenible a largo plazo. Hasta ahora, los gastos mensuales se cubrían con aportes de la comunidad, pero este nuevo panorama económico amenaza la continuidad del proyecto.
El caso de Pinceladas es un recordatorio de cómo los aumentos en los costos de vida afectan directamente a las iniciativas comunitarias. En un contexto donde la inflación y las subas de alquileres son una constante, espacios como este quedan en una situación de vulnerabilidad, poniendo en riesgo el acceso de cientos de personas a actividades que promueven la inclusión y el desarrollo social.
Gentiliza: Foto de Villa María Educativa
La historia del centro ha sido destacada en medios como Comunidad y Cambio y Villa María Educativa, que reconocen la importancia de mantener viva esta iniciativa. Las publicaciones resaltan la labor incansable de los voluntarios y el impacto positivo que tiene el espacio en el barrio San Nicolás.
Pinceladas hace un llamado urgente a la solidaridad de la comunidad, instituciones y gobiernos locales. La intención es buscar alternativas que permitan mantener el espacio abierto para seguir promoviendo la educación, la cultura y la inclusión social. “Necesitamos más que nunca el apoyo de todos para que Pinceladas siga siendo un lugar de encuentro y oportunidades”, concluyó Castro.
Recientemente, el proyecto recibió un apoyo significativo desde el exterior. Gracias a la colaboración de un grupo solidario en Francia, se recaudaron fondos que representan una gran ayuda para aliviar la crisis actual. Vale acalar, que Nicolá Maccari (oriundo de Justiniano Posse), junto a su esposa framcesa Charlotte, llevan a cabo la idea de ayudar desde el exterior al centro comunitario con el sorteo de su bicicleta que han recorrido gran parte de latinoamerica.
En un contexto donde cada vez más servicios públicos se privatizan o se desentienden del vínculo con las comunidades, la Cooperativa de Agua de Villa Nueva reafirma con hechos su modelo de gestión participativa, ordenada y transparente. No solo presta un servicio esencial como el agua potable y los desagües cloacales: también garantiza que todos los usuarios conozcan sus derechos y responsabilidades a través de un reglamento claro, actualizado y de acceso público.
El viernes 20 de junio, en un gesto inusual de transparencia y compromiso social, la Cooperativa Horizonte abrió las puertas de sus obras en Villa Tranquila para mostrar, sin intermediarios ni promesas vacías, cómo se construye el derecho a la vivienda. Sin bancos, sin sorteos y sin anticipos, familias de Villa María y Villa Nueva recorrieron casas reales, dialogaron con el equipo técnico y comprobaron que otro modelo habitacional es posible.
Vanesa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros de la Provincia de Córdoba, analiza el preocupante escenario de endeudamiento familiar en la Argentina. El 91% de los hogares sostiene algún tipo de deuda, y más de la mitad usa la tarjeta de crédito para comprar alimentos. “Cuando se usan herramientas financieras domésticas para cubrir necesidades básicas, estamos frente a una precrisis”, advierte.