La historia de María Eugenia Fuenzalida, desafía el elitismo y sueña desde Villa María. La joven, de origen villamariense y estudiante universitaria en la Universidad Nacional de Córdoba, es una artista entusiasta con grandes proyectos y un carisma increíble. A pesar de su corta trayectoria está marcando un antes y un después en la ópera de la ciudad. Su historia combina esfuerzo, sensibilidad y una convicción profunda sobre la necesidad de que el arte lírico llegue a todas las personas.
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Redacción
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Fuente: Gentileza de E.F.
Una infancia marcada por la música clásica
“En mi casa se escuchó mucho desde siempre. Mi papá era muy fanático de la música clásica y una de las variantes que tenemos de música clásica es la ópera.”
La entrevista empieza con una emoción evidente. El recuerdo de su padre se mezcla con la música que la acompañó desde pequeña.
“Hace poco más de mes y algo falleció mi papá. En mi casa se escuchó siempre. Cuando era chica atinaba a cantar, pero me parecía muy complicado.”
Ese entorno familiar construyó un oído temprano y una sensibilidad que ella misma reconocería recién muchos años después.
Un camino técnico exigente
Euge explica que el canto lírico implica una técnica específica que exige preparación.
“Cuando uno empieza en la ópera hay quien te dice rápido que tenés que aprender la técnica belcantista. No hay muchos profesores que te la enseñen.”
El bel canto demanda un cuerpo maduro, aire, grosor vocal, interpretación y una exigencia física que pocas veces se menciona.
“Menos cuando sos chiquito, que recién se están formando tus cuerdas vocales. Era complicado en ese momento, lo dejamos de lado.”
Sin embargo, el deseo de cantar volvió con fuerza cuando creció.
El encuentro que le cambió la vida
La historia da un giro cuando aparece su maestro.
“De repente encontré a una persona, Emiliano Kandico. Fue un punto crucial porque yo estaba muy negada a cantar.”
Lo vio en un escenario y quedó impactada.
“Siendo enorme a los ojos de cualquiera dije, quiero hacer un pedazo de lo que hace esta persona.” La primera clase fue reveladora.
“Supo entender lo que yo quería decir sin escuchar una palabra mía. Ahí decidí empezar con él.” Apenas un año después ya dominaba la técnica belcantista.
Un salto profesional inesperado
Aunque empezó “muy grande”, su crecimiento fue explosivo.
“En tan solo un año pegué el salto. Tuve mucha suerte, muy buen maestro y mucha predisposición.” A través de Diego, pianista y parte de la Orquesta del Interior, llegó la oportunidad clave.
“Me dijo que me presente al casting. Yo tenía cinco o seis meses con Emiliano. A mí me daba miedo.” Pero se presentó igual.
“Fui como una caradura y quedé. Hoy soy solista de la Orquesta del Interior.”
Agenda y compañeros de escenario
Este mes la espera una presentación con artistas de gran trayectoria.
“El 14 tenemos en La Playosa una presentación con Emiliano Cándico, Diego Hernán González, Daniela Giovannini, Abril Zapata y Leonardo Fúmale.” Con Leonardo comparte además sus primeros dúos.
“Los dúos en la ópera son preciosos. Las áreas y los dúos son marcos especiales.”
Del Teatro Libertador al futuro
Hace apenas unos días cumplió un sueño impensado.
“Estuve en el Teatro Libertador. No me hubiese atrevido ni a soñar con algo así.” Cuando le preguntan por los desafíos, responde con una humildad que conmueve.
“No tengo sueños específicos. Agradezco todo lo que se pueda vivir. Esto es tan inesperado que no puedo salir del asombro.”
Incluso cuando le preguntan por el Teatro Colón se ríe.
“Ay, ya me parece que es un montón. Me encantaría. No descarto trabajarlo. Capaz que con esto de caradura.”
El elitismo en la ópera y la necesidad de democratizarla
Euge no esquiva el tema político.
“Me parece que la ópera se ha orillado históricamente a ser una cuestión elitista. La apartaron del pueblo.” Sostiene que la falta de consumo popular no es desinterés sino falta de educación cultural.
“No se nos enseñó a entender la barrera del idioma, a interpretar lo que estamos viendo.” Pero su postura es clara.
“La ópera hay que llevarla a la gente del día a día. No es para uno ni para otro. Es para todos.”
Referentes y repertorio emocional
Entre sus influencias menciona a la soprano Anaí Cardoso, a quien vio al llegar a Córdoba, y a las divas internacionales.
“Desde que inicié en la ópera, María Callas. Para mí la más grande del mundo.” Su repertorio más íntimo tiene marca familiar.
“Canto mucho Leuretta con ‘O mio babbino caro’. Era la canción que cantábamos con mi papá cuando era muy chiquita. Es con la que inicié el casting y con la que abro mis presentaciones.”
Un cierre sincero
Antes de despedirse, afirma algo que la define. "A todo lo que tengo oportunidad me gusta sumarme. Disfrutarlo es el desafío.”
Fuente: Entrevista en exclusiva para Revista Vértices
Fuente: Gentileza de E.F.
Fuente: Gentileza de E.F.
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