Malas noticias para Provincias Unidas: la ola bonaerense desordena su estrategia nacional

El contundente resultado bonaerense de Axel Kicillof descolocó a la interfacción de gobernadores nucleados en Provincias Unidas, que buscaban levantar la moral en Río Cuarto. Mientras el peronismo neo-kirchnerista gana volumen nacional y abre la posibilidad de un triunfo en primera vuelta, Schiaretti y Pullaro enfrentan el desafío de sostener su armado en un escenario donde los moderados pierden atractivo y crece la lógica de dos polos irreconciliables pero que se retroalimentan.

Fuente: Foto Politica Cordoba Verdad

 

La coalición de gobernadores se reunió en Río Cuarto para levantar la vara tras la ola de votos bonaerenses en un escenario geo-político que dramatizar la polarización tras inminente prsión de J. Bolsonaro, la seudo invasión a Venezuela y los audios de supuesta corrupcion en discapacidad que involucran a la hermana del presidente. Dicho grupo, liderado por mandatarios radicales que cuestionan el liderazgo de M. Loustou, peronistas no kirchernista y huerfanos de Mauricio Macri (MM), quedó desorientado luego de que el peronismo conducido por el neokirchnerista Axel Kicillof perforara el techo de 5% de diferencia que esperaban. Todo en un cierre de campaña caótico tras el dictamen de un juez de no reproducir los audios de la supuesto pedido de coima y la censura institucionalizada al periodismo para opacar una devalucion encubierta y los agravios que recibia J. Milei tras visitar lugares de campaña.

 

No estaba en los cálculos de sus principales operadores: ni en los analistas conservadores, ni en el periodismo aliado, ni tampoco en la mayoría de las consultoras proveedoras de información amigables una diferencia de tal magnitud y la rápida precarizacón del liderazgo del presidente. A pesar de contar con la película de G. Franccella como paragua cultural, y la inacción de la polícia de Bs. As. en lo sucedido en la cancha de C. A. Independiente. El número 3% como ademán de los artistas y las canciones se viralizarón en las redes sociales solidificando un triunfo cualitativo que no fue una traducción en votos, por lo menos en esta eleccion.

 

Está claro que si los números en Buenos Aires se repiten el 26 octubre en las elecciones de medio termino, no sólo proporcionarán una gran cantidad de legisladores, sino que además posicionarán, gracias a la magnitud de votos. Una aritmética nacional favorable para potenciar negociaciones sin necesidad de contar con los espacios moderados, e incluso con la posibilidad de ganar en primera vuelta. 

 

De esta manera, ya no resulta casual el inmediato encuentro del núcleo de Provincias Unidas en realizar un cónclave para renovar energías de su ensayo nacional ante la ventaja que corre el peronismo kichernerista como verdadero voto útil de opocisión. Tampoco es inocente la jornada de repensar sobre el mal desempeño de Somos de cara a lo que viene en un distrito estrategico en votos para la panorámica general en octubre. Por lo que resulta importantisimo el encuentro para levantar la moral y crear las condiciones de un triunfo holgado de su referente J. Schiaretti -al mismo ritmo que A. Kicillof. Aunque con la contradicción de buscar votos de la U.C.R. (presencia de Pullaro, Sadir y Valdez) con una lista peronista en donde el nativo radical se encuentra penúltimo.

 

Al mismo tiempo, priorizan retener dirigentes que podrían fugarse tras la esterilidad de la plataforma de Provincias Unidas después de octubre, con un panorama claramente polarizado en su faceta afectiva. Es decir, se instala en el acervo popular la idea de dos modelos antagónicos desde raíces irracionales —o mejor dicho en terminos culturalista, sentipensantes— de varios procesos que se entrecruzan como: pro mercado vs. pro Estado, antikirchnerismo vs. kirchnerismo, peronismo vs. antiperonismo, lo políticamente correcto vs. lo políticamente incorrecto, CFK vs. anti CFK. No es lineal ni mecánica la inter-vinculación de las contradicciones entre la oferta electoral y la demanda del elector pero los vínculos estatales y sociales son más que nunca pluriversales, por ende, dificl de hackear.

 

1. Provincias Unidas después de Buenos Aires

 

Mucho más aún, el escenario luego de la elección bonaerense no sólo agranda al Estado Nacional con un nuevo Ministro del Interior que representa migajas para el grupo de gobernadores de cara al 2027, sino que también los obliga a recrear estrategias para la despolarización electoral y evitar nuevas aperturas en la redefinición del empate sociopolítico entre las dos principales fuerzas, ya que ninguna termina de consolidar un modelo hegemónico.

 

La réplica en términos porcentuales a nivel nacional, sumada a la gran diferencia en la demografía más grande del país y a la situación en C.A.B.A. en mayo pasado, trae enormes problemas a quienes operan la despolarización, entre ellos J. Schiaretti y M. Pullaro. Ambos sufren la incapacidad de no tener interlocutores que tensionen el plano electoral en dos bastiones estratégicos que concentran el 45% del padrón nacional. Pero las dos elecciones dejaron sabores amargos a la interfacción de Provincias Unidas: en CABA no pudieron sedimentar nada y en Buenos Aires surgieron numerosos problemas en el cierre de listas por las ubicaciones y luego capitalizar un tecer lugar comodo con mucho menos del 6%, solo un punto lo diferencia del trotkismo partidario.

 

La elección porteña reveló que a otros moderados no les resulta atractivo el volumen político de Provincias Unidas, como a H. Larreta o M. Lousteau. En cambio, en las elecciones bonaerenses la aglutinación de dirigentes con lobby periodístico pero sin trabajo territorial tampoco logró captar a los huérfanos de Juntos por el Cambio, como Joaquín de la Torre, que llamó a votar por G. Katopodis. Y quedó en evidencia la precariedad de no tener una estructura nacional contundente, incluso en Corrientes, donde pese al festejo, el peronismo contrahegemónico avanzó con la negociacion de bajar la intensidad política a lo último de la campaña a gobernador 2025 tras la presentación de lista de LLA potenciado por la presenntación en diputados por la modelo V. Gallardo. Nos obtante los vacios estrategico del anti-peronismo kirchernista permiten pergeniar para la estrategia nacional del 2027 al tener vida orgánica con sus candidatos regionales. Tal situación el gringo Schiartti lo conoce muy bien por la bajada de lista de P. Carro en el 2019.

 

No sólo la impericia es evidente en el plano cualitativo. También lo es en el plano cuantitativo, con varios retrocesos electorales a nivel nacional: desde S. Massa en 2015 con 21%, luego R. Lavagna con 6,14%, hasta J. Schiaretti con 6,73%, todos en primera vuelta. Por lo cual necesitan un amplio repertorio para revertir dicha situación político-electoral. No alcanza con estrategias comunicativas ni con celebrar pequeños triunfos electorales o generar socalos "vamos a depositar al proximo presidente" amparados en su poder de boletín oficial con operaciones informativas y comunicacionales.

 

Es de público conocimiento que tienen que alinearse con alguna facción del peronismo kirchernerista para poder obtener el triunfo en un supuesto ingreso al balotaje. Tal faccion hoy represenada por el goberndor de Bs. As. que busca ser parte de un centro moderado por varios motivos toma y daka (contener a S. Massa), pragmáticos electorales (anticiparse a cualquier giro conservador; no alcanzó con S. Berni), idiologicos (la fación dominante del Kichernerismo La Campora quiere poner el proximo gobernador), valorativos (producir su propio arte de lo políticos) e históricos (redefinir el cafierismo sin caer en un sciolismo).

 

Fuente: Foto Hoy Dia Córdoba

 

2. El desafío de la polarización y las zonas híbridas

 

El desafío actual es mucho más complejo por varios factores que agudizan la polarización nacional en relación con las dimesiones anterioremente nombradas en la correlación de fuerza de Axel sin detallar la importancia que implica estar en arriba del padrón más abultado de la Argentina. Pero que al mismo tiempo, la interacción de gobernadores tienen que sobre llevar la regionalizan de la despolarización pero con ellos como centro de gravitación, erosionando la arquitectura electoral de Provincias Unidas en sus propias provincias.

 

Entre esos factores aparecen las zonas híbridas: en Córdoba con N. de la Sota, en Santa Fé con la reforma constitucional aparece Defendamos Santa Fe, en La Pampa con el oficialismo militando Defendamos La Pampa, y en Entre Ríos con Fuerza Entre Ríos. Todos se presentan como moderados, no siguen las coordenadas de La Cámpora en su territorio, pero proyectan articulaciones sociales y políticas nacionales dentro del justicialismo.

 

También asoma algo distinto en el actual peronismo bonaerense ganó por segunda vez consecutiva en distrito de configuración agraria en lo cultural y una suerte de cafierismo con un mensaje final de encuentro y de paz democrática. El discurso de A. Kicillof desligando al peronismo de cualquier intento golpista habilita al gobierno a continuar con su plan económico y profundizar sus bases de libertad. A la vez deja en claro en el campo de lo indirecto que un eventual golpe institucional para la sucesión de autoridades quedaría en manos de V. Villaruel, junto a peronistas apurados como M. A. Pichetto en lo político y M. Redrado en lo económico.

 
3. Kicillof, Milei y la redefinición del empate sociopolítico

 

En fin, A. Kicillof y J. Milei complican el desempaten sociopolítico que tanto intentan edificar la plataforma de Provincias Unidas, más alla que han apoyado proyectos en el parlamento que han desgato al presidente en estas semanas. No han sido producciones propias, todo lo contrario han acompañado tras su enojo por falta de recursos proyectos del bloque de G. Martínez. Por lo que, la polarización desdibuja una estrategia estable para el nucleo de gobernadores desidrntes para colmo son concientes que Kicillof-Milei detectan de que la redefinición del empate sociopolítico opera en sus cuerpos personales y en sus programas políticos.

 

Ambos sujetos políticos a su vez reconocen que representan la subdivisión dominante de dos polos sociopolíticos que opera por lo menos desde el 2014-2021. Los dos necesitan tiempo para consolidar sus armados frente a otros dos compuestos de subjetividades políticas contemporáneas como CFK y MM, limitados en sus estructuras de reproducir sus armados pero potentes en su capacidad de desarmar. Los dos ex-pte todavía conservan poder de control ideológico, producción de valores y tejidos económicos para condicionar a cualquier actor en 2027.

 

Subestimarlos sería un error estratégico, con evidencias claras de quienes buscan la despolarización electoral y el desempate social: armadores de la nueva avenida del medio. Estos -Provincias Unidas- nuevamente vuelve a comer un desvío al tratar de llaretizar a A. Kicillof como manotazo de ahogado de fabricar un insumo energético para la batalla electoral. Pero la única que puede hacer esto es Cristina Fernández en adelantar la presidencialidad del gobernador de Bs As, para inhabilitar el efecto sorpresa que tan crucial es para el peronismo comteporaneo C. Menem en el ´88, N. Kirchner en el 2003, la misma CFK en el 2007 y el propio A. Fernández en el 2019. Ósea, genera un constructo de previsibilidad que anticipa ya el candidato como lo fue E. Duhalde en el 99 (apoyo del aparato), D. Scioli en el 2015 (operado por los gobernadores) y S. Massa (quien mejor media en la opinión pública después de Axel y Cristina). Todos perdieron.

 

Del mismo modo que el referente libertario ya tampoco cuenta con el efecto sorpresa de autsider, ni tampoco con la misma amalgama de negociación con el macrismo, por eso todas las ficha de tensionar en CABA para reacomodar el tablero. Encontrandose con revertir una deuda historica de las fuerzas no peronista de poder ser reelegido, no lo consiguieron R. Alfosín, F. D. la Rua y M. Macri (este último completo su mandato). 

 

3-1. La nueva polarización desordena el doble standar de los moderados

 

Por lo que la nueva polarización con la redefinición del empate social y político; tiene a un peronismo neo-kirchnerista que garantiza no ser parte de un golpe institucional y el pedido de encuentro entre los mandatarios, abre la puerta a un modelo de negociación material y simbólica. La primera, porque ingresan nuevos jugadores al parlamento bonaerense y las negociaciones entre ambas facciones ya no son virtuales, sino presenciales en un ámbito formal. La segunda, porque ambos se sirven mutuamente al elegirse como enemigos y contrastes que facilitan el acercamiento al sentido común militado en el imaginario social. Pero también arrastran consigo al modelo de moderados y dialoguistas, sostenido apenas en intereses regionales e incómodo por su doble estándar, sin tener en claro un modelo económico con alianzas geopolíticas y más vinculado a la rutina doméstica.

 

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